El contexto era la rutina.
El se levantaba, lavaba e insertaba dentro de su uniforme.
Algo que él no había imaginado ser.
Mientras el concurrido tráfico pasaba,
El se encontró con la mirada baja hacia sus propias manos.
Sin recordar el cambio. No recordando el plan. ¿Era ese?

Estaba bien, pero cuestionándose acerca de vagar.
¿Era época por consecuencia o estaba siendo manipulado por destreza de mano?

Los lunes fueron hechos para caer.
Perdido en la ruta que se conocía de memoria.
Fue como un libro que había leído en sueños. Interminablemente.
A veces se escondía en la radio observando a otros metiéndose a sus casas.
Mientras él vagaba.

Por su propio curso. Lejos del curso. Al costado. Se despidió de su alrededor.
Mientras la suciedad se transformaba en arena.
Como manipulada por destreza de mano.

Cuando llegó a la playa de su película sobre el mundo,
Resurgió a la normalidad. Organizó sus pocas cosas.
Su abrigo y sus llaves.
Y supo que los entendimientos tendrían que esperar.
Hasta que tuviese más tiempo. Más tiempo.

Un momento de soñar para sí mismo. Se despide de sí mismo.
Te veré del otro lado. Otro hombre manipulado por destreza de mano.