¿Cómo no amar a Pearl Jam?

¿Cómo definir con simples palabras lo que nos hizo sentir Let’s Play Two?

¿Cómo no emocionarnos con ver en la pantalla grande a la banda de nuestras vidas?

¿Cómo no sonreír al ver a todas las personas con sus playeras, chamarras, sudaderas de Pearl Jam alrededor nuestro, como si de una presentación en vivo se tratara?

¿Cómo no alegrarnos con los primeros créditos en la pantalla?

¿Cómo no sentir empatía por Eddie Vedder y su fanatismo por los Cubs de Chicago si muchos de nosotros hacemos lo mismo con la banda?

¿Cómo disimular que queríamos cantar con Low Light y Betterman, pero recordamos que estábamos en una sala de cine y no en un concierto al aire libre?

¿Cómo no admirar a los Cubs y sus leales aficionados tras una vida llena de fracasos y estar ahí para el equipo en todo momento?

¿Cómo no comprender el deseo de victoria de los miles de seguidores del equipo después de una sequía de más de 100 años?

¿Cómo no pensar en el Eddie de 1991 y en el ícono en el que se convertiría 25 años después?

¿Cómo decir que nos valió estar en una sala de cine y comenzar a cantar con Small Town y Last Exit?

¿Cómo no reír con la breve aparición de Denis Rodman para Black, Red, Yellow?

¿Cómo no haber deseado estar en esa aparición secreta sobre el techo de un bar local?

¿Cómo no sentirnos identificados, aquellos que hemos viajado a otro país por Pearl Jam, con todos esos viajeros con muchísimos conciertos a sus espaldas?

¿Cómo no comprender a John y sus cuatro días en la fila para poder estar hasta adelante en el concierto?

¿Cómo no pensar en cuál ha sido nuestro momento más cabrón en un show y recordar, con mucho sentimiento, justa esa situación y querer llorar junto con John?

¿Cómo no disfrutar ver a la banda improvisar y bromear, entrando un poco en esa intimidad que es totalmente desconocida para nosotros?

¿Cómo no sentirnos frustrados porque solo nos mostraron un pequeño fragmento de Thumbing My Way?

¿Cómo no cantar a todo pulmón Black para desahogarnos?

¿Cómo no querer aplaudir y saltar en Corduroy?

¿Cómo reprimir el deseo de levantar los brazos en Given To Fly o gritar “uuohhhhhh” en Jeremy en medio de la sala?

¿Cómo evitar que se te haga un nudo en la garganta cuando Steve Gleason dice “how i choose to feel is how i am” antes de que suene Inside Job?

¿Cómo no haber querido estar en Wrigley Field cuando los Cubs se clasificaron a la Serie Mundial?

¿Cómo no querer saltar y gritar de nuevo con Go y Crazy Mary?

¿Cómo no conmoverse cuando Eddie le dedica Release a John, después de pasar cuatro días esperando a estar en primera fila para el concierto, una rola que le recuerda a su padre fallecido?

¿Cómo no soñar con que tu ídolo conozca tu historia y te dedique la canción más significativa para ti? (Esta pregunta no es válida para Azu. Ella ya lo vivió).

¿Cómo no comprender la sensación de derrota de los fans de los Cubs después de ir abajo 3 a 1 en la serie y creer que aún se puede lograr la remontada?

¿Cómo no recordar cuando vimos en vivo a Eddie cantar Take Me Out to the Ball Game en el juego cinco en Wrigley Field?

¿Cómo no pensar en cómo Pearl Jam pasó de tocar en un bar local con solo unas cuantas rolas en su haber a presentarse dos noches con sold out en Wrigley Field con fans de un chingo de países?

¿Cómo no querer agitar el brazo mientras suena el épico solo de guitarra de Alive?

¿Cómo no decir: “qué chingona imagen” con Eddie saltando en medio del escenario?

¿Cómo no emocionarnos con el empate de los Cubs en el juego seis?

¿Cómo no alegrarte después de que los Cubs ganan la Serie Mundial del 2016, solo un par de meses después de los épicos conciertos en Wrigley Field?

¿Cómo no conmovernos (de nuevo) con All The Way y pensar que, por fin, los Cubs alcanzaron ese final de camino que tanto ansiaron?

¿Cómo no haber querido festejar con Eddie y agarrar la borrachera con él por la victoria de sus Cubs?

¿Cómo no sentirnos nostálgicos con I Got A Feeling y pensar en los 24 años que transcurrieron para que fuera tocada de nuevo en Chicago?

¿Cómo no maldecir por la aparición de los créditos?

¿Cómo no sorprendernos (aunque ya sabíamos) de una última rola extra, Mind Your Manners, después de los créditos?

¿Cómo explicar esa sensación de satisfacción, como si hubiera sido el final de un concierto, al salir de la sala?

¿Cómo agradecerle a Danny Clinch por un documental tan bien realizado y provocarnos tantas emociones?

¿Cómo ser ajeno a las miles de personas que comparten el mismo sentimiento por un grupo de tipos haciendo música?

¿Cómo decir, sin sonar pretencioso, que “si eres fan de Pearl Jam no hay nada qué explicar, pero que si no lo eres, no hay explicación posible”?

¿Cómo no admirar a Eddie, Mike, Stone, Jeff y Matt?

¿Cómo no ser fan de esta banda?

¿Cómo no amar a Pearl Jam?

Sobre el autor

Roberto Molina
Apasionado de Pearl Jam y las letras. Escritor en ciernes y blogero frecuente. Twitter: @Rob_Molina

1 Comentario en "¿Cómo no amar a Pearl Jam?"

  1. Emotivo el documental, solo en mi punto de vista es por mucho Eddie y los Cubs no? Con la participacion nula de Stone, Matt y Boom en los comentarios, el acustico de la azotea con ninguna cancion completa? Se que es para el publico en general pero los fans siempre queremos mas, en fin. Gracias

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada.


*


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.